Amaneció soleado, pero poco a poco se fue nublando, las fotos lo mostrarán.
Justo antes de alcanzar la ensenada de Carnota hay una bonita playa
llamada Insuela.
A continuación me llaman la atención las antiguas casas a pie de agua, algo que no sólo se observa en este pueblo de Caldebarcos, sino que es bastante común en la zona.
Lo que demuestra que la construcción a lo largo de la orilla tiene mucha más historia y, por lo tanto, tradición que la recién Ley de Costas.
Ya estoy en la ensenada de Carnota, pero este tramo de playa tiene nombre propio, el mismo que su pueblo o lugar, Caldebarcos. Una parada técnica en ella me permite realizar la siguiente foto.
Playa de Caldebarcos |
Pasando una zona donde varias rocas afloran.
La idea era cruzar la playa de Carnota (la más larga en Galicia) alejado prudentemente de su orilla, viendo que había cierta rompiente y no esperaba observar nada llamativo en ella.
Ese plan cambió en cuanto vislumbré la desembocadura de lo que yo creía un pequeño arroyo, según el mapa, el cual ahora veía que daba capacidad para ser explorado (con mayor marea aún podría haber subido más por él)
Saliendo de él
Finalmente, tras cruzar prácticamente en línea recta hasta el extremo inferior de la playa de Carnota, donde el arenal, por presentar unas pequeñas rocas que delimitan, recibe el nombre de
Mar de Lira,
desembarco, tomo el aperitivo ... y vuelta al origen.
Cielo más nublado, viento que se levanta, ... hacen que vuelva lo más directamente posible. Ni fotos me permití.
Espanté a un par de gaviotas que estaban en mi rumbo, una de ellas me hizo recordar la película Los Pájaros. Varias veces me sobrevoló, haciendo círculos sobre mí, bien cerca, y observándome detenidamente.
Ya tenía la pala preparada, por si el ave decidiera que hoy iba a ser su comida, u objeto de picoteo :)
Nunca he visto una gaviota tan curiosa, y hasta valiente diría.
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